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Hetalia: Ese italiano... apoyando

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MagdaTheHuman's avatar
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Literature Text

Warning: no apto para homófobos
(Debería buscarme otra forma de empezar =-= )
*Colchones.
*Intento de charla emotiva.
*Gestos no muy educados.
*¿Captas?
*Lo escrito aquí es considerado (al menos, para mi) como fanservice escrito (pero no, no es el escalón 15, por algo esto está visible).
*... Bah, "fanservice"
*Como siempre, todo lo de esta "serie" (ya no sé si es una serie o una novela...) es PG-14, debido a sus referencias y situaciones.
*Como siempre, sobre uso de los puntos suspensivos...


*Ningún... emmm... estoy perdiendo ideas para esto.
*Ningún canadiense ha sido lastimado en la vida real durante la producción de este capítulo.

Sin embargo...
*Referencias de todo tipo
*:iconfangirlhungaryplz:
*:iconkawaiirussiaputinplz:
*:iconbabyspain1plz::iconbabyspain2plz:
  :iconbabyspain3plz::iconbabyspain4plz:
*:iconhollraveplz:
*(Podria haber puesto lo que pasaba, pero esos iconos eran tan geniales que quise usarlos. Además representan bastante bien lo que tendría que poner, asi que los dejo así)
*Parejas que me darán pereza nombrar abajo y otras que no lo haré porque sino es spoiler.
                 ...Se recomienda discreción.

Pareja: :icongerita4plz: / También hay: spamano, lietpol... Mejor no doy spoilers.

-----------------------------------------------------------:iconitalyhappyblushplz:-----------------------------------------------------

Era una tormentosa noche. Lo que habia sido una pacífica y bella tarde perfecta para pasear perros terminó en un crepúsculo con granizo. Ahora estamos aquí. En un cuarto de cierta escuela, un italiano veía pacíficamente la televisión. Habia aprovechado esa tarde para dedicarse tiempo a si mismo (dicho nombre sea puesto al hecho de pasar la tarde haciendo básicamente nada interesante/productivo y tener un pacífico día a solas). Ya era la hora de dormir, pero decidió terminar de ver la película que habia en ese canal primero.
Un escalofrío salido de la nada le recorrió la espalda.
-¿Por qué siento gran ira?- se preguntó en voz alta. -Bueh, como sea. Feliciano debe estar bien.
Apagó la tele y se acomodó en su cama, dejando que la noche fluyera.

Dejamos de lado este italiano para irnos con el otro italiano. En una casa, un poco más lejos de donde estábamos, un alemán y un italiano intercambiaban miradas incómodas frente a un pruso roncante. Tenian dos opciones: que uno duerma en la habitación de Gilbert O compartir dormitorio. Ambos esperaban que el otro propusiera dormir en lo del albino, pero ninguno lo iba a decir. Por un lado estaba Ludwig, quien pensaba que Feliciano debería dormir en la otra habitación para que se sienta más cómodo, pero creía que seria de mala educación pedirselo así por que sí; por el otro estaba Feliciano, quien estaba ansioso de dormir en la misma habitación, pero creia que era demasiado para una sola noche (y con vergüenza recordaba que en un momento de enojo le apostó a su hermano volver al siguiente día "virgen sin ni siquiera haberle dado un beso", frase con la cual Lovino debería seguir riéndose).
Como ninguno de los dos siquiera abrió la boca para decir algo sobre los cuartos, Ludwig habló.
-Ya es bastante tarde, ¿vamos a dormir?
-Sí, de acuerdo... -contestó Feliciano lo más desinterasadamente que pudo.
Ludwig empezó a apagar las luces de la casa y subieron. Qué difícil que le resultó a nuestro italiano esconder la sonrisa, cuya aparición fue o por motivos pervertidos o gran alegría, al ver que en la habitación habia solo una cama... Que según él entraban dos personas abrazadas. Se quedó mirando hacia la nada, pensando en cómo se sentiria abrazar al rubio. ¿Sería como un oso de peluche o como una piedra? El rubio, por su lado, abrió la boca, rompiéndole la ilusión inconcientemente.
-No te hagas problema con la cama, tenemos un colchón de más.
Si cierras los ojos y te concentras, podrás escuchar la ilusión de Feliciano siendo rota en miles de pedazos como un vidrio.
-Sí, ya lo habias dicho... -mintió Feliciano, intentando convercerse a si mismo que era lo más obvio, que los amigos no te invitan a dormir a su habitación al menos que tengan un colchón de más. Ejeje, amigos...
-¿En serio lo dije?- Ludwig arqueó una ceja, intrigado. -Debo estar olvidándome las cosas otra vez. -pensó en voz alta, intentando ocultar su preocupación por que se repita un futuro accidente. -Bueno, ¿empezamos a armar la cama?
-Nah, demasiado trabajo buscar el colchón ahora. -bromeó el castaño mientras se sentaba en la cama del otro. La verdad era que no queria ver el colchón siquiera. Nunca había pensado que se le podria tener tanto remordimiento hacia un objeto.
-Bueno. -se rió suavemente el alemán, haciendo que el otro sintiera un cosquilleo. -Pero al menos saco las sábanas. -buscó en su armario, pero no las encontró. -Deben estar en la habitación de Gilbert. Ahí vuelvo.
-Eh, no me dejes. -se rió/quejó el castaño mientras se levantaba y lo seguía hacia el otro extremo del pasillo. -Ahora que lo pienso, nunca ví la habitación de...- al abrir la puerta se quedó completamente mudo.
Estaba todo completamente... limpio. Todo ordenado. Demasiado ordenado. La cama, impecable; el piso, despejado. Todo, absolutamente todo. Hasta habia una guitarra en la esquina que estaba limpia, con sus cables perfectamente enrollados. Incluso el aire olía a jazmines.
-¿Estás bien?- preguntó Ludwig, que en algún momento habia entrado y ahora estaba sacando unas sábanas extras del armario.
-Sí... Es que esta todo tan... limpio...- logró articular el italiano, entrando en la extraña/impecable habitación para tocar una cuerda de la guitarra, la cual estaba perfectamente afinada. -Nunca pensé que a Gilbert le gustaba tant... Asdfgh, ¡un pollito!- se acercó al pequeño animal, cuyo plumaje estaba tan limpio como la habitación.
-Pio. -dijo el asombroso animalillo, dejando que el invitado le acaricie suavemente.
-Es muy tierno~. -sonrió, haciendo que el alemán sonrienra suavemente. Feliciano miró a Ludwig, quien dejaba las cosas del armario prolijamente. "A estos dos le gusta mucho la limpieza" pensó. "Hasta podrian hacer de mucamas..."
 Bostezó, ocultando su risa en solo pensar como sería Gilbert trabajando de mucama, rompiendo algo y "disculpándose" metiendo excusas como "es que el jarrón no soporto mi asombrosidad" o "estaba muy ocupado mirándome al espejo como para notar que la comida estaba lista".
Luego se imaginó a Ludwig. Pero con el uniforme más ajustado, sin mencionar que más corto... y con orejas de neko.
-¿Estás bien?- le preguntó el alemán, a punto de marcharse, ya con sábanas en mano.
-¿Oh? Ah, sisisi. Me distraje. -se excusó el italiano, siguiéndolo.
Volvieron a la habitación y Ludwig dejó las sábanas sobre una silla.
-Por cierto, ¿donde está el colchón?- preguntó Feliciano sin ganas.
-Ahí, contra el armario.
Feliciano pensó que estaría arriba, resultando bastante difícil de bajar. Pero no, estaba al lado de este, puesto verticalmente. Podría apostar que con solo tirarlo un poco se caería al piso de costado para luego acomodarse perfectamente sobre el suelo.
Ludwig se sentó al lado suyo (porque la única silla que estaba en la habitación estaba ocupada y no planeaba sentarse en el suelo).
-Ey, Lutz... ¿Puedo preguntarte algo? Solo por curiosidad.
-Sí.
-¿Ustedes dos viven solos o sus padres salieron?- al terminar de decir esto, Ludwig bajó la vista. Feliciano captó de inmediato. -Ay, p-perdón. No sabia que...
-... No, no... Está bien.
-Perdón... -se disculpó. "Gran forma de arruinar la cosa, eh" pensó para si mismo.
-No importa...- suspiró el alemán, acomodándose en la cama. -Hay... cosas que es mejor... que pasen... y que uno no se acuerde mucho de ellas... ¿verdad?
-... Sí... Supongo...
Un silencio incómodo llenó la habitación. Ninguno de los dos sabía que decir.
-Bueno, por suerte lo superé...
-Sí, es duro. -suspiró Feliciano. Ludwig lo miró, preguntándose a qué se referia. Este captó de inmediato. -Lo mio es un poco (muy) distinto... Vamos a dejarlo como que mi padre no era muy... un padre que digamos.
-...- Ludwig no captó.
-Todo iba bien... Luego mamma murió y fratello y yo nos quedamos solos con él... y... él empezó con las drogas, nos pegaba y... -suspiró nostálgicamente. -Vamos a resumirlo en que nos escapamos.
-Guau. No... no sabia. ¿Hace cuánto?
-Hace dos años mas o menos. No parece mucho tiempo, pero fué como empezar de cero. Y... Han pasado muchas cosas. -esbozó una suave sonrisa, alzando la mirada al techo.
-... ¿Me puedes contar más? Digo, si no te molesta. Es que... suena interesante.
-...- Feliciano giró la cabeza, mirándolo sorprendido con una sonrisa. -Sí. -asintió.
Y así siguieron hablando hasta casi medianoche. Como toda conversación, lo que empezó con un tema termina con otro. Del pasado (resumido y con partes obviamente no mencionadas) de Feliciano pasaron a la vida en si. De esta, a como iba todo. De como iba todo al "yo me enteré de que X hizo tal cosa...", y de este a "A mi vecina le pasó esto...". En algún momento tocaron el tema del diseño de interiores.
-... No sé, los cuartos de la escuela necesitan un poco de... vida. No sé.
-Se veian bien... Aunque creo que estar todo un año puedo hacerlo aburrido. -respondió Ludwig, saliendo del baño ya cambiado con su "pijama" (unos boxers negros y una musculosa color gris).
-Seh...- Feliciano intentó mirarlo lo más disimuladamente posible. -Deberías poner algo ahí. -señaló a un rincón ligeramente vacio de la habitación.
-¿Y qué me recomiendas? -rió Ludwig, acostándose sobre la cama.
-No sé... Dos sillones indivuales quedarian bien.
-¿Por qué dos?- preguntó el alemán desinterasado mientras se sentaba.
-Porque... Uno quedaria muy vacio.
-Si tu dices... -comentó Ludwig, mirando a la nada. Sintió un gran peso en los párpados, pero lo ignoró.
Feliciano se acostó del lado contrario de la cama, todavía hablando de lo primero que se le viniera a la cabeza. Ludwig intentaba no quedarse dormido, ya que tenia que ayudar al italiano a armar su cama, pero aun así. No queria dormirse mientras el otro le hablaba... Aunque seria muy tierno.
Espera, ¿qué?
"Debe ser el sueño..." pensó Ludwig. "Lo que quise decir... en realidad, pensar, era que seria de mala educación... Sí, es el sueño. Como sea, no tengo que dormirme antes de ayudarlo a armar la cama." trató de levantar la cabeza, solo para darse cuenta qué cómodo estaba acostado. "Tal vez pueda pedirle que vayamos a dormir ya..."
-Aaaahhh~- Feliciano bostezó. -Me voy a cambiar. Ya vuelvo~.
"Listo, fué más fácil de lo que creía. Ahora solo debo... Mantenerme despierto... Hasta que vuelva..." pensaba Ludwig, acomodándose. Ahora, sin Feliciano hablandole (por obvias razones), sería capaz de manternerse despierto...
No sabía cuando saldria, así que decidió buscar algo que lo despierte. Cerró los ojos y trató de pensar en algo. Lo último que escuchó fué el ruido de unas teclas...

Feliciano entró al baño. Luego recordó que no habia traido ropa de sobra. Se higienizó un poco y decidió dormir en ropa interior. Cuando se quitó el pantalón sintió en un bolsillo el celular. Lo sacó y lo miró. Dió un suspiro en voz baja. No tenía nada que perder.
"Lovino, rapido, estoy a punto de dormir... algun consejo?" tecleó.
-Respondé rápido...- susurró.

BBFFFFRRR BFFFFRRR
Lovino abrió un ojo.
-¿Y ahora quién?- se quejó, estirando el brazo hacia su celular. -Ese idiota tardó demasiado...- volvió a quejarse, abriendo el mensaje sin leer quién lo mandó. Al leerlo se quedó extrañado. -¿Consejo antes de dormir? ¿Por qué ese idiota qui...? Aaaaahhh no, es Feliciano. -reaccionó, denotándose que seguia medio dormido.
Pensó en qué responderle.
Una sonrisa maliciosa se le cruzó por el rostro.
-A ver qué opinas~- se dijo para sí mismo en voz alta, escribiendo su "consejo". Apenas terminó de enviarse, dejó el celular sobre su mesa de luz, listo para volver a dormir. El celular volvió a sonar. -¿¡Y ahora qué?! ¡No puede contestar tan rápido!
"En el campo, las espigas
en el cielo, las estrellas
y en mi mente, tu rostro
"
Un sonrojo se le cruzó en el rostro.
"Eso nisiquiera rima. estaba durmiendo. La proxima mandalo mas temprano, idiota"
Envió el mensaje y volvió a dejar el celular. Esta vez, se acostó con una sonrisa.
-Ti amo Antonio. -susurró, aún sonriendo, antes de volver a dormir.


Feliciano estaba a punto de salir del baño hasta que su celular sonó. Abrió el mensaje, esperando la respuesta.
-... ¿Qué?... Debe seguir dormido, por eso no le salen los chistes. - susurró Feliciano, no sabiendo si reirse o darse un cabezazo contra la puerta ante el "gran consejo" de su hermano.
Salió del baño y se dirigió hacia su mochila, hasta que notó que todo estaba muy silencioso. Giró la vista.
Ludwig se habia quedado dormido.
-Lutz, ¿te dormiste?
-ZZzzzZz -sin respuesta.
Feliciano miró hacia al armario. Ahí estaba el colchón. Luego volteó hacia la silla de las sábanas.
"Armar la cama no sería gran problema..." dijo para su interior, haciendo caso omiso y sentándose al lado de Ludwig, corriéndolo suavemente para que ambos entraran en la cama sin que el otro se despertara. "Si, el colchón... Awwwww, se ve tan serio cuando duerme~"
Se acomodó sobre la cama y con un poco de esfuerzo los tapó a ambos. Un suave sonrojo apareció sobre su rostro. Estaban cerca, muy cerca. "Vamos, ahora sí" pensó, acercándose más al rostro del durmiente. Cerró los ojos con fuerza y se asomó a su rostro. Tomó aire y le dió un beso en la comisura de los labios.
-Buenas noches Ludwig~- se despidió, orgulloso de su "logro".
Apenas volvió a cerrar los ojos, se sintió incómodo. Ludwig ocupaba demasiado espacio. Pero no lo iba a empujar, ya que era su cama. Por suerte, mientras pensaba en como hacer para estar más cómodo, el otro se había dado vuelta, dándole la espalda. Feliciano lo miró. "Ya le dí un beso, ¿por qué no un abrazo?" pensó, pegando su rostro contra la espalda trabajada del alemán durmiente, estirando sus brazos alrededor de su torso.
Un rayo iluminó la habitación, seguido inmediatamente por un trueno. Feliciano dió un pequeño salto y se aferró inconcientemente más fuerte a la espalda del durmiente. Recordó que seguía lloviendo. Se quedó un momento sin moverse, notando cómo estaban acostados. "A ver, si me muevo un poco más aquí...", pensó, haciendo susodicho. Pierna por aquí, brazo por allá y ¡voilá! cucharita perfecta.
-Así sí~- ronroneó, contento.
Volvió a cerrar nuevamente los ojos y, esta vez, se durmió.


Cuando Ludwig despertó, todavia era de noche. Por suerte, la tormenta se habia calmado un poco. Apenas terminó de notar esto, se dió cuenta que habia alguien con él en la cama. Una pequeña sonrisa se le cruzó sobre el rostro. De pequeño, en las noches tormentosas y frías como estas, cuando el viento soplaba fuerte y parecía que las ramas rajuñaban las ventanas, Gilbert venia para dormir con él. Pero el asustado no era él, era el albino, que en vez de reconocerlo decía que "venía para que el pequeño West no tenga miedo en esta tenebrosa noche- Aaaahhh esa rama parece una mano de un asesino que viene por mi, dejame meterme en la cama". Ahhh, este Gilbert, después de tantos años volvió a hacer lo mismo... Qué infantil.
Aunque...
Gilbert no tenía los brazos tan flacos...
Ni era de abrazar cuando duerme...
Ni roncaba...
Ni se colocaba tan cerca...
Ni entrelazaba sus piernas con las suyas...
Ni...
Ese no era Gilbert.
Se tensó. ¿Quién era? Intentó recordar. ¡Feliciano! Pero... ¿no tenía su cama? Intentó girarse suavemente, porque por alguna razón no queria sacar a Feliciano de esa posición, pero se dió cuenta de que estaba casi en el borde. Se corrió ligeramente para atrás y paró en seco.
"Dime que eso es su pierna... O un doblez de la remera... No..." empezó a pensar, sonrojándose al tenerlo básicamente pegado contra él. Luego de quedarse así por más tiempo del que le gustaría admitir, se alejó de un solo movimiento, logrando darse vuelta. A unos centímetros de su rostro se encontraba Feliciano durmiendo pacíficamente. ¿Qué hacía allí? ¿Acaso se olvidó de ayudarlo con el colchón extra? Luego de quedarse un momento pensando, sin sacar sus ojos de la silueta del italiano frente a él, recordó que se habia quedado dormido.
"Debió haber tratado de hacerla pero no tenia sábanas..." razonó, segundos antes de ver un bulto en una esquina de la oscura habitación, que posiblemente era la silla que tenía, pero con algo encima. Otro rayo apareció, iluminando la habitación lo suficiente como para ver que eran las sábanas, las cuales seguían exactamente como las había dejado. Se quedó ahí, de momentos mirando las sábanas, de momentos mirando a Feliciano, intentando encontrar una respuesta de por qué Feliciano estaba acostado al lado suyo sin decir la razón que ya sabemos. "...D-debe ser que tenía mucho sueño... O es muy vago" logró pensar, luego de un largo momento incómodo intentando evitar la obvia respuesta (aunque él no sabía que era esa y tan simple) de que Feliciano se acostó al lado suyo a propósito porque...
Porque...
¿Por qué? Esa pregunta pasaba por su cabeza diariamente. ¿Por qué Feliciano era tan... apegado a él? A lo mejor era así con todos... No, definitivamente no. ¿Qué era? ¿Qué podría ser?
Decidió dejar esos pensamientos para el siguiente día y volver a dormir. Ahora... ¿qué hacia? Estaba en frente de Feliciano y contra el borde de la cama. No podia acomodarse ni para atrás ni para adelante. Aunque le costaba admitirlo, habia estado muy cómodo en la posición en la que se despertó, pero ahora no podia volver, asi que... ¿Qué?
No sabia si era por el sueño o por... ni sabia ya, solo tomó al italiano por la cintura y, gentil pero rápidamente, lo volteó, dejándolo mirando hacia el lado contrario. Una vez hecho esto, estiró un brazo y lo abraz... digo, lo dejó encima del castaño roncante. Ahora sí estaba cómodo.
Y así, volvió a dormirse, de vuelta haciendo cucharita. Aunque no lo iba a admitir asi por que si, b-baka

Habrán pasado menos de dos horas, pero Ludwig se despertó por un trueno que hizo vibrar los vidrios de la ventana. Sintió que Feliciano se habia tensado un poco, pero luego volvió a relajarse. Supuso que seguía durmiendo. Luego se quedó sin moverse por un momento. ¿Por qué lo estaba abrazando? ¿Y por qué estaba tan pegado a él?. Cerró los ojos y se puso a recordar. Honestamente, estaba cómodo, y Feliciano seguía en esa posición, asi que ni se habrá dado cuenta... O lo hizo pero no le molestaba . Estaba seguro que si volvia a quedarse dormido una tercera vez, iban a despertar sin que ninguno abrace al otro... Si, seguro...
Continuó quieto en esa posición por unos minutos, esperando quedarse dormido rápidamente.
Qué grande fue su sorpresa cuando sintió cómo Feliciano le corría a un lado los brazos y se levantaba. Abrió un ojo para verlo caminar. Un gran sonrojo apareció en su rostro al notar que solo traía puesta la ropa interior, la cuál estaba ligeramente bajad... ¡¿Por qué se fijaba eso?! Como sea. Feliciano empezó a caminar en dirección hacia una pared, pero paró ahí y, recordando que esa no era su casa, empezó a buscar con la mirada la puerta del baño.
-Ve...- se rió, notándose que todavía seguía medio dormido, una vez que la "encontró".
Ludwig no sabia que hacer. ¿Se quedaba así o se movia? Ni tiempo de pensarlo correctamente tuvo, porque Feliciano volvió y lo tomó de los brazos, levantándolos gentilmente para meterse en la cama, volviéndolos a dejar en la posición que estaban antes, osea, abrazándolo. Ludwig, todavía fingiendo que estaba dormirdo, decidió darse vuelta asi la situación no era tan rara. Pero sus planes se vieron frustrados cuando el castaño lo tomó suavemente de un brazo y le dió un pequeño tirón, haciendo que ambos estén más cerca.
Por el otro lado, Feliciano, creyendo que Ludwig seguía dormido, y aprovechando que habia tomado el brazo de dicho, entrelazó sus dedos con los de él mientras le daba besos, refregando su mejilla contra el antebrazo del rubio.
Todo esto hizo que el alemán se quedara con cara de póker. ¿Feliciano hacia esto porque estaba tan dormido que ni sabia que era él o...? Porque Ludwig, además de forzudo, era un poco cabezadura, sobre todo cuando estaba medio dormido, por lo que si no quería una respuesta, buscaba todas las posibles que no sean esa. No creía que Feliciano fuera gay. No, alguien con tanta facilidad para hablar con mujeres, con buen aspecto, tan artístico, tan sonriente, tan optimista pero que al mismo tiempo resentido, alguien tan único, alguien tan... En menos de lo que se dió cuenta, estaba enumerando las virtudes del ojimarrón. "¡Como sea!" pensó "Simplemente no es gay y punto." Luego se quedó en silencio total por un momento. Feliciano seguía dándole suaves besos en el brazo. Y para empeorarlo, como que le gustaban. Y eso lo ponía incómodo. "D-debe pensar que soy alguien más... A lo mejor alguna novia que haya tenido... Sí, a lo mejor tuvo tantas novias que se hizo un experto besando y por eso me están gustando sus besos" al terminar de pensar esto sintió un pequeño dolor en el corazón. Por alguna razón, empezó a buscar razones para negar lo que acababa de pensar. Apretó sus ojos e intentó recordar.
Fue en la semana pasada... Alrededor de los primeros días en donde conoció a Feliciano, la semana anterior... Algo le habia dicho. Algo, pero ¿qué?
Estaban en la escuela, contra una reja, hablando. Estaba molesto, hasta podia recordar su tono de voz con ese acento y gesticualaciones especiales que tenía...
Se estaba llendo de tema. ¿De qué hablaban?
"Estoy celoso, ¿okey? Todos andan tan románticos y dulces que me hacen empalagar..."
¡Eso!
No podia recordar el resto, pero pensó que no era muy importante. ¿Por qué? Porque tenía lo que buscaba. Alguien con novia no diría eso. Todavía hasta recordaba como habia bajado la mirada, con un poco de dolor pero con una chispa, como si estuviese buscando algo que todavia no sabia que era...
Espera, ¿por qué recordaba todo tan... como de telenovela? ¿Y por qué recordaba detalladamente lo que hizo Feliciano? ¿Y por qué estaba tan feliz al suponer que no tenía novia?
Definitivamente esta era una noche muy rara.
Pero el momento más incómodo para el ojiazul fue cuando, una vez terminados los besos, al italiano le pareció mejor idea acurrucarse contra él. Y al decir contra él, era contra él, torso con espalda, pierna con pierna, muslo con muslo, etcétera etc.
El cuerpo de Ludwig se quedó duro ante tal movimiento... Bueno, de hecho, tales, ya que el otro se acomodó a gusto. Tenía al italiano básicamente pegado contra si y moverse no tendria punto. ¿Qué hacer?. Decidió hacer lo que hizo por casi toda la noche: quedarse quieto.
"¿Ahora qué?" se preguntó "No puedo quedarme toda la noche asi"
La solución llegó en forma de rayo, seguido por un trueno tan fuerte que hizo que ambos se sentaran en reflejo, casi saltando de la cama. Otro trueno, un poco mas esta vez normal lo siguió. Una vez que los rayos se aliviaron, los dos se miraron. Intentaron esconder el momento incómodo.
-¡Q-qué fuertes que son los truenos!- comentó Feliciano, a punto de desmayarse con la simple idea de que Ludwig haya estado despierto hace unos momentos (que en realidad así fue, pero no lo sabia).
-¡S-si!- respondió Ludwig. Ambos continuaron mirando por la ventana, en silencio.
Feliciano decidió volver a acostarse. Ludwig bajó la vista hacia él. Tomó aire y le hizo la pregunta.
-¿Tuviste demasiado sueño como para hacer la cama?- luego de preguntar hizo una pequeña risa, dando a entender que era broma, pero aun así queria saber.
-...- Feliciano se quedó callado. Por suerte estaba todo oscuro, porque sino Ludwig hubiese podido ver su sonrisa nerviosa. -Sí. Terminé de cambiarme y cuando salí, tu estabas ya roncando. -explicó sin remordimientos, ya que eso era verdad. Sin embargo... -Y como tenia demasiado sueño y tu estabas acomodado en el borde de la cama... Y no sabia donde estaba el colchón, decidí dormir aquí...- no sabia por qué, pero aun estando con un poco de sueño logró armar una mentira bastante convincente.
-No, te lo dije, estaba allí, al lado del armario.
-¿Eh? Bueno... Te dije que tenía sueño.
-A parte, yo no ronco. El que roncaba eras tú.
Oh.
Eso era algo que no debia decir. Ahora Feliciano se habia quedado duro, los ojos abiertos ante la idea de que Ludwig sí estuvo despierto cuando lo estaba besando.
-¿E-enserio ronco?
-Sí... -Ludwig también empezó a sentirse nervioso, ya que se habia dado cuenta de que se habia delatado a si mismo.
-¿Me escuchaste?
-S-sí. Hace unas horas me desperté y tú estabas roncando.
-Ejeje, entonces  fratello tenía razón.
Ante la excusa inventada, ambos se relajaron. Todavía sin saber por qué, como tantas cosas esa noche, el alemán no queria decirle a Feliciano que sí estuvo despierto, que sí habia sentido los besos, que sí estaba conciente de que hicieron cucharita y que sí le gustó todo lo mencionado anteriormente. Decidió hacer lo mismo que Feliciano: volver a acostarse.
Problema #1: el silencio volvió a ser incómodo.
Problema #2: no entraban.
-N-no entramos.
-Emmm... Si nos ponemos de costado, creo que sí.
-De acuerdo... 
Ambos se acostaron enfrentados. Sentían una gran incomodidad al tener el rostro del otro tan frente, pero decidieron no decir nada y continuar así.
-Hey, ahora que lo pienso, ¿qué hora es?
-Emm... Las 04:34.
-Waaa~, todavia quedan un par de horas para dormir.  Buenas noches Lutz~
-Buenas noches.
Ambos cerraron sus ojos. Al final, el sueño los venció y se durmieron asi como estaban.

Un bello rayo de sol entró por la ventana, indicando que tanto la noche como la tormenta habian terminado. Ludwig despertó, al igual que Feliciano. Estaban espalda contra espalda. Instantáneamente se voltearon, quedando enfretados. Una mirada color azul frío se encontró con una color ámbar, y por unos momentos el primero sintió que el mundo dejaba de girar. Nunca pararon de mirarse, ni siquiera cuando ambos se sentaron al mismo tiempo. La luz que entraba por la ventana, la suavidad de la cama y el canto de los pájaros le daban el toque a la escena.
-Buenos días~- le sonrió el castaño, haciendo que gane un leve sonrojo.
-...
El romanticismo se acabó cuando Ludwig miró la hora del reloj.

-Hola Feliciano~ -sonrió alegremente Tino mientras se sentaba en su asiento.
-Hola~... ¿Pasa algo que estas tan sonriente?
-Soy así normalmente... Bueno, eso y mi banda favorita subió una nueva canción que está uskomaton~.
-¿A si? ¿Cuál? ¿Puedo escuchar?
-Emm... No sé si te guste... Pero, si quieres, toma. Eso sí, hazlo rápido porque si el profesor entra y nos descubre estaremos en problemas. -dijo el finés mientras le alcanzaba un auricular. -Por cierto, le bajo el volumen... Por precausión. -Feliciano lo miró sonriendo sin entender pero aún así tomó el auricular. Asi como se lo colocó, lo sacó y se lo devolvió. Ahora los dos estaban sonriendo tiernamente.
-Es muy temprano para mi para escuchar heavy metal.
-Lo supuse~. -sonrió el rubio, haciendo que el otro se pregunte cómo alguien que escuchaba esa música tuviera un aspecto tan inocente. -¡Pero me encanta! Sobretodo cuando practico tiro, hace que cada disparo sea más épico~. -Bueno, ahora hace sentido.
Cuando terminó de hablar, entró la profesora y todos se callaron. El italiano abrió su mochila para buscar su carpeta y alguna lapicera. Se extrañó al notar una bolsa dentro de su mochila. Sin sacarla, la abrió un poco para ver qué había dentro. Casi sufre de un paro cardíaco cuando notó que eran los doujinshis que había comprado ayer. Intentó calmarse, tomó lo que necesitaba y cerró la mochila rápidamente.
Sin embargo, esta profesora de psicología traía otros planes.
-No saquen nada, chicos. Hoy vamos a hacer una clase especial. Verán, hace poco, hubo una pelea entre dos estudiantes. No sé si escucharon sobre ella o no, pero por eso les quiero hablar. Verán, aquí en psicología, intentamos entender...-Empezó con un discurso de que está mal pelear, no es lo correcto, el hombre debe buscar formas de convivir en comunidad, trastornos, traumas por aquí, traumas por allá, bla bla. Alrededor de media hora de plática existencial finalmente les explicó que su idea para la clase de hoy (o lo que quedaba de ella) era salir y juntarse con los alumnos de los otros cursos para hacer un "taller de apoyo moral"... Lo que normalmente se conoce como hacer de psicólogo a tus amigos, solo que esta vez era desde (lo que quedaba de) esta hora hasta la siguiente, y el que quisiera podia seguir hasta el recreo.
Toda la idea era un poco rara, sobretodo para ser el miércoles de la segunda semana de clases, pero la escuela aprobaba las ideas de convivencia y "aprender a tolerar al prójimo" (y porque a cambio, la próxima semana en vez de tener una hora de psicología tendrian dos de biología por esta hora perdida), asi que no habia nada que hacer al respecto. Dejaron sus cosas en sus lugares y se dirigieron al patio principal, donde la señora que limpiaba estubo un notable rato para dejar los asientos "decentemente" limpios (o mas limpio de lo normal).  
Los alumnos empezaron a esparcirse entre los grupos de 2/6 asientos de cemento por cada banco, dependiendo de cada uno.
-¡Felicianoooo!!!- Feliks corrió hacia el nombrado, arrastrando a Toris con él. -¡Sentémonos juntos!
-¡Claro!- sonrió el italiano oscuramente mientras tomaba a su hermano mayor del hombro, el cual resopló aceptando que no podia escaparse de la terapia.
-Vamos al banco más lejano. No quiero que me escuchen... No que tampoco planeo decir algo. -se quejó el tsundere mientras el grupo se formaba. Pronto, a ese grupo de 4 se le sumaron Raivis y Eduard, los amialgo de Toris, y un muy dudoso Ludwig, el cuál fué cálidamente recibido con una mirada furtiva de cierto italiano. Una vez todos sentados, se miraron en silencio. Luego de otro resoplido, Lovino continuó quejándose. -¿Para qué nos hicieron reunirnos? ¡Es inútil! ¡Mis problemas son mios, no voy a ir por ahí contándole al que no le interesa! Además, estamos bien. Nadie de acá está deprimido...- volteó al escuchar unos pasos. -¡¿Y para qué hablé?! Sí que te gusta arruinarme lo que digo. -comentó sarcásticamente al presenciar la figura del español deprimido que se acercaba al grupo. -¡Dale, sentate y contá!- continuó quejándose mientras se corria para dejar que su novio se sentara al lado suyo (No es como en realidad le interesaba saber que le ocurria o nada, b-baka).
-...- Antonio se sentó sin ánimo y se continuó callado. El grupo ahora estaba pendiente de lo que sea que le haya pasado. Levantó la cabeza, mostrándo su cara de confusión absoluta, segunda vez en su vida que mostraba tal cara, aunque primera vez en público. Tomo aire y se expresó. -¿E-es normal encontrarse a tu hermano y a tu enemigo besándose... en tu propia cama?
-No. -le contestó Lovino con el cariño que lo caracteriza. Luego de hacerlo se quedó pensando por un momento. -Espera... ¿Ese?- preguntó con disgusto. Antonio asintió lentamente. -¿Y-y ese?- Antonio volvió a asentir, esta vez más pesadamente. Lovino se quedó sorprendido.
-¿Tienes hermano, Antonio?- preguntó Feliciano, cortando con la extraña atmósfera que se iba creando.
-Sí. Terminó la escuela hace dos años, asi que creo que no lo conoces.
-Aaaaahhhh... ¿Y te molesta?- Antonio continuó mirando al suelo. Un leve gruñido fue la única respuesta que obtuvo. -¿Y le dijiste algo?- gruñido negativo. -¿Y sabe sobre... tú y...?- ahi, Antonio y Lovino lo miraron. El italiano rápidamente giró la vista hacia el ojiverde, ya que él tampoco sabía.
-...No... Creo que no. Aunque tal vez sí. No sé, él sabe demasiado. -al terminar de decir esto, Lovino quedó blanco.
-¡Eeeeyyy! No son los únicos en este grupo, ¡hablen hacia acá!- se quejó Feliks. -Apóyame, Liet.
-...Emmm... -el lituano se quedó callado por unos segundos. -Es verdad. Debemos hacer lo que nos pidieron los profesores. Sí lo hacemos rápido, podremos tener tiempo libre justificado.
-¡Ese es mi Liet! ¡Tiempo libre para todos!- sonrió orgullosamente el orgulloso polaco. -¡Cuenten y, como que, los ayudamos en lo que sea!
-Encontró a su hermano besandose con alguien en su propia cama, y que ninguno de los dos le caen bien. -explicó el italiano sencillamente. Antonio lo miró. -¿Qué? Me molesta que no estés sonriendo.
-...- los ojos del español se iluminaron. Se quedó mirándolo, empezando a morderse el labio disimuladamente, un sonrojo casi imperceptible cubriendo una mínima parte de sus mejillas, y pronto se acomodó, estirándose en el banco y apoyando su cabeza en el regazo de Lovino, y empezó a hablar. -Que encontré a mi hermano besándose con alguien en mi cama... Que supongo lo habrán hecho porque mi ventana es la única con vista a la arboleda... Y como que eso es romántico.
-¿Y te molestó?- Antonio negó con la cabeza. No quería levantarse de la posición en la que estaba. -¿Te persigue?- hizo un gesto de "más o menos". -¿Te sientes mejor por haberlo compartido?- el español solo hizo un "meh". -¡Jajá! ¡Soy un genio! Osea, como que sería el mejor psicólogo~.
-Woooow, parece que vamos progresando mucho por aquí~. -sonrió el profesor de psicología del otro curso, el licensiado Tarayado Tukoko, acompañado de su inseparable compañero, el Dr. Kienkarajo Tekura. 
-...- los alumnos los miraron. Luego se dieron cuenta que Antonio estaba acostado como en las películas, con manos entrelazadas incluídas. A diferencia que en vez de mirar hacia la nada pensando en todo, estaba contemplando la barbilla de Lovino, admirando la belleza de sus rasgos, lo bien que le quedaba el uniforme, la dulzura de sus palabras de hace unos momentos atras y las ganas de que los presentes los dejaran solos para que le pudiera expresar su cariño. Nadie habló. -Supongo que debemos continuar, Tekura-senpai. -captó el psicólogo, luego de un minuto de reloj en silencio. Una vez que ya se habian alejado lo suficiente, el grupo volvió a hablar. -¿En qué estabamos?
-Me parece bien que no te moleste, ya que el amor es el amor, y negárselo a alguien no es lo correcto. -comentó Eduard. -Jejeh, lo leí en Facebook. 
-¡Oh, sí! Vi que lo compartiste. -Iván sonrió ^J^-mente (tenebrosa/tierna/inocente/perversa/todas las anteriores-mente), pasando alrededor de los bancos.
-¡KYAAAA!- Eduard chilló. Raivis se quedó tieso, mirando como el ruso se alejaba. Toris se quedó callado, acercando una mano a Feliks para protección, y este último no hizo nada, solo le echo una mirada furtiva al ojivioleta.
-¡AAAARRGGHH, como que me tiene hasta aquí -señaló su cabeza- de que se meta donde nadie lo llama! ¡¿Por qué no hacen algo para ponerle un alto?!- miró a los bálticos.
-... Yo conseguí que ya no estuviera tan encima mío. -se defendió el lituano.
-Yo logré que me dejara libre durante las clases. -comentó el estonio. -El que necesita ayuda es Raivis.
-¡¿Qué?! ¡¿Yo?!- el letón los miró lleno de sorpresa. 
-¡Sí, eso es! ¡Siempre tan tímido e inútil que dejas que te use de alfombra!- se quejó el polaco.-¡Quiero que vayas allí y le muestres lo que sientes!
-¿E-están seguros?- un sonrojo apareció en su cara. -Esta bien... ¡I-Iván! ¡Ivàn, ven aquí!- el mencionado dejó de caminar y se volteó para ver al letón furioso que se le acercaba peligrosamente. 
-¡Eso, ve!- lo alentaba el grupo, algunos porque sí querían ver a Raivis tomando acción por primera vez... Y ver como le "patean el trasero" al euroasiático, y otros porque querían seguir con el ánimo que había cobrado el grupo.
Raivis se acercó hecho una furia hacia donde el ruso, el cual al principio lo miró inocentemente y luego confundido. El menor se le acercó y se quedó mirándolo. Tomó aire y lo agarró de la bufanda. Ante la sorpresa, el ojivioleta se dejó ser jalado hacia abajo. Miró a Iván con determinación. Empezó a trabarse mientras hablaba, diciendo cosas como "Me tenés- No, me... Tienes harto de usarme... No, eso no. De tratarme como... Ay, ¿Qué había dicho? ¿Alfombra?¿Brocha? Creo que brocha, ¿brocha?" y por demás, cada duda haciendo que Iván se sintiera más incómodo (¡Si le iba a pegar que lo haga de una vez por todas!) hasta que se hartó de sus propias tonterías, hizo un "Argh, izdrāzt šo sūdi-runājot (ni pregunten cómo se lee eso, supongan que dijo 'Fuck this shit-talking')", endureció el agarre que tenía sobre la bufanda del pobre ruso y lo besó.
Todos los presentes se quedaron mudos. Nadie, ni siquiera Iván, se lo esperaba. Una vez terminado el beso, el cuál -por suerte para él- no duró mucho y para Raivis no había durado lo suficiente, pero le bastaría para conformarse por  el resto de lo que el amor masoquista que sentía por el ruso, el menor salió corriendo. Iván se arrodilló en el piso, todavía sin procesar lo que acababa de pasar, un gran "¡¿Qué he hecho?!". Eduard, Feliks y Toris salieron en busca del letón. Antonio y Lovino no miraban, ya que al primero le pareció gran idea besarse ahí y ahora cuando ya no había otros mirándolos, ambos ajenos que los de atrás lo habian hecho. Ludwig se quedó callado, preguntándose por qué en esa escuela todos tenian novio. El único que habló fue Feliciano.
-¡¿Por qué todos consiguen novio menos yo?!

El que avisa no traiciona: Dije que tardaría, y tardó.
De hecho esto hubiese podido estar listo el viernes, pero... tuve varios problemas, asi que, hoy está.
Empecé a escribirlo el 21 de octubre. Hoy es diciembre (por cierto, feliz diciembre). Y han pasado muchas cosas mientras lo escribía, World Stars, anuncio de World Twinkle, 9 millones de criaturitas, que Romano es más bajo que Feliciano, etc, etc, pero creo que la más resaltable podria ser esta:
"Vamos a poner a Portugal, asi, para agregarle un poco de salseo a la cosa, total como no salió puedo hacerle algun papel interesante. Lo voy a hacer como el hermano de Antonio, y el nombre Álvaro me gustó (leí un par de fanfics con ese nombre). Ahora, ¿que puede hacer? No se, vamos a mandarlo de indirecto primero y luego que en el futuro salga. Si, si, me gusta la idea...
*Lee la actualización*
... Oh. No toques mi spamano, joputa Salió Portugal... Y dice saber muchas historias sobre Toño... Oh... Emmm... Uh. ¿Y ahora que?" pero por alguna razón, logré que entrara bien, y saldrá en algún capítulo futuro.

Ahora, sobre el capítulo en general:
Lo tenia """planeado""". Si, con comillas, porque cuando decia "Argh, apuesto a que si lo escribo, lo tengo todo tan listo que lo termino en menos de un día", pero cuando me senté a escribirlo no sabia con qué comenzar. Solo tenia planeada la parte de la cama. Lo que leen fue espontanedad del momento o de la noche anterior, pensandolo. Hubo partes que saqué y otras que agregué. Por ej., una escena que iba a poner pero la saqué porque era demasiado flasheada:
{En donde Feliciano y Ludwig estan despiertos por el rayo y no sabian que decir. Feliciano dice algo y Ludwig le responde, inmediatamente se ponen a imaginar lo siguiente: }
[[-Hey, Ludwig, ¿estabas despierto hace unos momentos? Solo por curiosidad~
-Oh, si. Pero... me estabas besando la mano y los brazos como si fueramos amantes.
-Jeje, es que me gustas, y al tenerte tan cerca no me pude controlar...
-¿Oh, enserio? *Sonrojo moe... pero de macho(?*
-Oh, mi Ludwig *cara de seme... pero kawaii*, ¿te gustaron los besos?
-... Algo.
-¿A si?¿Quieres practicar? *Lo tira contra la cama*
-Kyaa! P-pero... Mi hermano está durmiendo...
-Shhh, entonces debemos aprovechar antes de que nos escuche~ [Inserte escena BL super bishie]
-F-Feliciano-senpai~!
Por alguna razón, esa escena apareció en sus mentes, aunque no específicamente tal cual como acaba de ser leída arriba, sino con unas ligeras modificiaciones dependiendo del chico.
Si antes la situación era incómoda, ese pensamiento lo hizo casi imposible que se miraran a los ojos.]]
Y en las advertencias habia un "Escena bishie". Lo que en realidad queria era un "-L: P-pero, mi hermano está durmiendo // -F: Entonces debemos aprovechar~" pero... demasiado crack para esta serie.
Si el que durmieran en la misma cama abrazados y que Feliciano le haya dado besos en el brazo no te pareció suficiente fanservice, solo ponete a pensar que el título es doble sentido, gracias.
Sobre la trama: La parte de la terapia grupal debia terminar sobre el amor, en donde Antonio dice "El amor apesta" y Lovino lo mira, confundido, y Antonio explica -sin dar nombres ni mirar a Lovino- que a veces no tienes idea de qué hacer cuando te enamoras y cuenta la historia de "un amigo" al cual se le habia declarado un chico, pero sus sentimientos no eran los mismos. Sin embargo, eso no fue un "no". Luego de pasarse dias pensando, todavia no sabia que hacer con él, ya que la verdad era algo nuevo para él pero no queria decirle que no, que de hecho le parecia interesante la idea, y de a veces, cuando hablaban a solas ocurria algún  beso, y le gustaban. Todos los dias se quedaba pensando en él y lentamente alguien que le parecia un desastre empezó a verse como alguien interesante y sentimental. En cuanto se dió cuenta, ya se habia enamorado, a tan solo una semana de que el otro se haya declarado. El resto de la semana les costaba mirarse, y en el último día le preguntó si querian salir. Antonio terminaba de decir esto con un "Y el chico se dió cuenta que esa fue la mejor decisión que haya tomado en la vida". Lovino se tensó con la historia, ya que se habia dado cuenta de que hablaba de ellos dos, y desvió la mirada hacia el lado contrario, sonrojado y con ganas de hablar con Antonio sobre eso luego. Luego Feliciano decia que la historia era tierna. Pero empieza a conectar hechos y tiene la misma realización que su hermano. (Y que la historia de Antonio y ovino saldria en un fic aparte). Posiblemente lo ponga en el siguiente capítulo.
Ahora, sobre la terapia: Ni idea, se me ocurrió.
... Creo que ya expliqué suficiente.

Quiero agradecer a la gente que sigue la historia (ya se que soy un desastre con las cosas, que a veces no esta bueno, etc etc, y justamente por eso les quiero agradecer) y... Eso, un millón de gracias, el ver a que a alguein le gusta me da más ganas de escribir :)

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Los personajes no me pertenecen.
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Anaspanime's avatar
No entendi bien quienes eran el hermano de antonio y el otro... ah, por cierto me encanto^^